En una jugada de alto voltaje político, el Gobierno detuvo las quitas de pensiones por discapacidad mientras se investiga la presunta corrupción en la ANDIS. Más de 128 mil beneficiarios quedan en vilo: ¿rescate o supervivencia?
Es una tregua… pero con sabor a bomba.
El ministro de Salud, Mario Lugones, rompió el silencio y detuvo la baja masiva de pensiones mientras la ANDIS está bajo intervención tras los audios que revelaron una posible trama de coimas y sobreprecios en compras médicas.
128.667 pensiones eliminadas, ahora en revisión.
De ese número, 110.522 se habrían otorgado con trampa —radiografías repetidas, ecocardiogramas clónicos, mediciones idénticas—, 8.107 eran cobradas por personas fallecidas y 10.038 por beneficiarios que habían renunciado.
Y ahora…
“Las bajas están pausadas hasta que se termine la auditoría en la agencia de discapacidad, que continúa con un foco en tres cuestiones: las pensiones, las compras y la estructura”, aclaró una fuente cercana a Lugones a Infobae.
Las citaciones no llegarán.
Los controles presenciales quedaron congelados. Más de 1.013.400 beneficiarios cobrando en el limbo.
Pero ojo…
Técnicamente, el mecanismo de baja y alta sigue vigente. La ANDIS “sigue trabajando”, pero todas las decisiones ahora dependen del resultado de la auditoría.
¿Reforma administrativa a la vista? Todavía no.
La idea de convertir ANDIS en un área interna del Ministerio de Salud está frenada por restricciones legales: las facultades delegadas ya no están vigentes y requerirían un pase por el Congreso.
Y en el senado apareció un revés político.
El Senado revirtió el veto presidencial y aprobó la ley de emergencia en discapacidad hasta diciembre de 2026 (prorrogable por un año más), reformando pensiones no contributivas, actualizando aranceles y compensaciones. Fue votada por kirchneristas, radicales, macristas y bloques provinciales: 63 a favor, apenas 7 en contra.
Una pausa que tiembla. Ladridos de un escándalo que encendió alarmas en Casa Rosada.
La ANDIS, una entidad ahora intervenida, jugó con vidas. Hoy, esas vidas —más de 128 mil— quedan ante la posibilidad de una restitución incierta.
Un gobierno que promete revisar… pero ya aplicó recortes. Una ley de emergencia que revive al instante.
Un rehén llamado justicia que puede llegar… o dejarlos en el limbo.
¿Se trata de salvación tardía o maquillaje político? La pregunta quema: ¿Volverán las pensiones… o solo cambiará el libreto del ajuste?