Contar con una nueva línea crediticia de emergencia sería clave además para despejar dudas sobre la capacidad de pago del Gobierno de cara a los vencimientos del 2026. Se espera que los mercados reaccionen favorablemente mañana
En el peor momento para el Gobierno y una situación de muy difícil salida, toda la expectativa está puesta en la posibilidad de recibir un megapréstamo del Tesoro. El paquete llegaría a los USD 30.000 millones, una cifra lo suficientemente grande como para alejar cualquier duda sobre la capacidad de pago del Gobierno en los próximos dos años y frenar la corrida cambiaria.
Sobre el cierre de la semana tanto Luis «Toto» Caputo como el Presidente adelantaron que estaban negociando para asegurar a los bonistas que estarán disponibles los fondos para cumplir con los pagos de deuda. Luego fue el propio Javier Milei quien confirmó las charlas con el Tesoro americano.
La bilateral que mantendrá Milei con el presidente norteamericano, Donald Trump, en el marco de la reunión anual de la ONU en Nueva York, apuntala la idea de un apoyo de Washington. La administración republicana considera a la Argentina su principal aliado en la región.
Esta negociación llega en el momento más complicado para el Gobierno y en plena campaña electoral. Al ministro de Economía les salieron todas bien en 2024, cuando consiguió bajar drásticamente la inflación, el dólar y el riesgo-país. Fue un proceso casi milagroso, teniendo en cuenta que se heredaron reservas netas negativas por mas de USD 11.000 millones y un nivel de inflación descontrolado.
Pero en los últimos meses la magia desapareció por completo. Igualmente, el equipo económico y el Presidente confían en que haber equilibrado la macro, en especial las cuentas públicas, permitirá atravesar exitosamente la crisis cambiaria. Pero los mercados no piensan lo mismo y la pulseada se espiralizó en la última semana.
Cuánto tiempo
Luego de ventas de dólares del Banco Central que el viernes llegaron a USD 678 millones, la pregunta obvia es cuánto tiempo podría aguantar con semejante drenaje de reservas. No luce sencillo «bancarse» otras cinco semanas a un ritmo parecido, considerando que en solo tres días la intervención en el techo de las bandas cambiarias superó los USD 1.100 millones.
Lo paradójico es que la corrida contra el dólar se desató no por un mal diseño de política económica, sino por la victoria kirchnerista en la elección legislativa de la provincia de Buenos Aires.
Los fantasmas de un derrumbe del mercado, posterior cepo y default tras la victoria de Alberto Fernández rápidamente volvieron a la memoria de los inversores. Nadie quiere quedarse de brazos cruzados esperando que suceda lo mismo.
En el streaming de los jueves, Caputo explicó están dispuestos a «vender todos los dólares que nos demanden». Y no hay dudas que el mercado lo puso a prueba con una descomunal demanda de divisas. La palabra del ministro dejó de tener el peso de otras épocas para los inversores.
Aunque es cierto que el Central tiene cerca de USD 20.000 millones líquidos para intervenir, nadie piensa que todo ese dinero es «usable». La prueba es que a solo tres días de perder reservas, tanto Caputo como Milei se vieron obligados a anunciar que están en plena negociación con el Tesoro norteamericano para poder garantizar los pagos de la deuda del año que viene.
Tener que recurrir a fuentes excepcionales de financiamiento marca la gravedad de la situación. Sin contar con que el anuncio efectivo, si es que llega, podría demorar semanas o incluso meses. Es demasiado tiempo para las urgencias que enfrenta el Gobierno.