El Gobierno enfrenta el escándalo más explosivo de su gestión: un caso de presuntos sobornos, sobreprecios y manejos espurios en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que estalló tras la filtración de audios de su extitular, Diego Spagnuolo, amigo y abogado personal del Presidente.
Los audios, difundidos en las últimas horas, destaparon un entramado que involucra a funcionarios de primera línea, operadores políticos del riñón oficialista y a la droguería Suizo Argentina, principal proveedora de medicamentos al Estado.
Los apuntados: Garbellini, Lule Menem y la caja de los medicamentos
En las grabaciones, Spagnuolo acusa directamente a Daniel Garbellini, director nacional de Acceso a los Servicios de Salud de la ANDIS, a quien definió como “un delincuente que maneja la caja”. Según sus palabras, Garbellini habría sido “injertado” por Eduardo “Lule” Menem con el objetivo de hacer negocios con sobreprecios en medicamentos.
Las sospechas también alcanzan a la propia Suizo Argentina, señalada por concentrar contratos y elevar precios de manera irregular. Los dueños de la firma, los hermanos Kovalivker, quedaron en la mira: en los allanamientos judiciales se encontraron 266 mil dólares y 7 millones de pesos en sobres distribuidos en un vehículo en Nordelta, además de documentación y dispositivos electrónicos clave.
La reacción oficial: intervención y búsqueda de un fusible
El impacto fue inmediato: tanto Spagnuolo como Garbellini dejaron sus cargos y el Ejecutivo dispuso la intervención de la ANDIS, designando al doctor Alejandro Vilches como interventor para “revisar posibles anomalías”.
El juez federal Sebastián Casanello, a pedido del fiscal Franco Picardi, ordenó 15 allanamientos en tiempo récord, incluyendo domicilios de funcionarios y empresarios vinculados. Spagnuolo fue demorado —no detenido— y su teléfono móvil quedó bajo custodia judicial.
Tensión política: Karina, Caputo y la guerra interna
El escándalo golpeó en el corazón del poder. En los audios, Spagnuolo incluso mencionó a Karina Milei, a quien habría reclamado por las coimas. La interna oficialista está al rojo vivo: desde sectores cercanos a Santiago Caputo apuntan contra el “ala Milei-Menem”, mientras otros sospechan que la filtración de los audios fue una operación interna para correr a Spagnuolo y evitar que se convierta en un arrepentido.
En la Casa Rosada buscan un “fusible” para cerrar la herida política y contener el daño.
El impacto social: pensiones bajo la lupa y temor en pacientes
El escándalo no solo expone corrupción: también amenaza políticas sensibles. Se prevé un reempadronamiento masivo y la posible suspensión de 220.000 pensiones no contributivas. Además, se revisará el programa Incluir Salud, que garantiza acceso a medicamentos oncológicos a pacientes sin cobertura.
En el peor de los escenarios, el caso puede convertirse en un golpe directo a la credibilidad del Gobierno, en un área extremadamente delicada: la discapacidad y el derecho a la salud.
El desenlace: entre la Justicia y la política
Mientras tanto, el oficialismo evalúa denunciar a Spagnuolo por no haber judicializado las supuestas irregularidades. Sin embargo, el temor en la Rosada es otro: que el exfuncionario, con información explosiva en la mano, se convierta en el primer arrepentido del Gobierno Milei.
El caso ya no es un simple escándalo administrativo: es un símbolo de la interna feroz y la fragilidad institucional que atraviesa al oficialismo.