Las elecciones presidenciales se acercan y todos los sectores que tienen aspiraciones de que sus representantes se sienten en el Sillón de Rivadavia decidieron poner un pie en el acelerador.

Mientras en Juntos por el Cambio no cesa el peregrinaje de los posibles candidatos para reunirse con Mauricio Macri en la Patagonia, en el Frente de Todos se aglutinaron las reuniones para planificar lo que será la campaña del 2023. Por lo menos en lo que se refiere a los sectores del kirchnerismo.

Según pudo saber, desde que Cristina Kirchner regresó de su estadía en El Calafate decidió instalarse en su despacho del primer piso del Senado de la Nación y desde ahí comenzar a trabajar en la estrategia con la que el oficialismo -o parte del oficialismo- buscará encarar la disputa proselitista.

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“Desde que volvió tiene la agenda tomada por encuentros en su despacho”, señalaron en el entorno de la Vicepresidenta. Frente a la pregunta de si eran de carácter parlamentario la respuesta fue tajante: “No, políticos”.

Por el primer piso de la Cámara alta pasaron buena parte de los dirigentes que estuvieron en el encuentro que se realizó en Merlo y que fue el comienzo de la mesa política del PJ bonaerense.

En el cónclave en la quinta La Colonial los disertantes fueron Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Los dos primeros hablan o visitan diariamente a la ex presidenta. El tercero tiene un trato fluido. También estuvieron presentes los kirchneristas Jorge Ferraresi (intendente de Avellaneda), el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, y el presidente del Grupo Bapro e intendente en uso de licencia de Merlo, Gustavo Menéndez.

“Cristina se viene juntando con los dirigentes que se reunieron en Merlo, no puntualmente por el encuentro de anoche, pero con varios de esos dirigentes estuvo teniendo encuentros en estas semanas desde que llegó de Calafate”, agregaron las fuentes consultadas.

Claramente esas reuniones tiene como objetivo delinear el año electoral y le mesa política en donde Cristina Kirchner mantienen su centralidad desde la lejanía de su despacho.

Las otras agendas

En medio de esto, la Vicepresidenta tiene el período de extraordinarias que se acaba en 27 días. Hasta ahora, el Senado ha mostrado menos vitalidad que la Cámara de Diputados, en donde el pedido de juicio político a los jueces de la Corte Suprema concentra la atención.

“No hay ningún llamado de nada”, señalaron desde el interbloque de Juntos por el Cambio. Uno de los temas a discutir podría ser el tratamiento del pliego de Daniel Rafecas como Procurador General de la Nación, pero no hay demasiados movimientos en la Cámara alta.

“Cristina se reunió con el presidente del interbloque, José Mayans, y con la vicepresidenta, Anabel Fernández Sagasti. Son ellos, junto a Juliana Di Tullio, los que se están encargando de la agenda parlamentaria”, explicaron desde el oficialismo.

Pero como desde Juntos por el Cambio la decisión es la de no participar ni de las comisiones y mucho menos de las sesiones de extraordinarias, hasta que no se retiren los pedidos de juicio político contra la Corte las chances parecen bajas.

El otro tema de agenda tiene que ver con sus causas en la Justicia, tanto las que la tienen como implicada como en la que ella es demandante, como el intento de magnicidio en su contra. Respecto de esto último, los abogados de CFK presentaron un escrito solicitando que se transmita por medios audiovisuales la audiencia para tratar una recusación contra la jueza María Eugenia Capuchetti. Sin embargo, no lo consiguió y la audiencia será presencial

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