No hay que explicarle a nadie lo que significa un Mundial de fútbol. A pocos días de Qatar 2022 el mundo comienza a palpitar la fiesta deportiva sin igual y los ánimos se van elevando. El consumo de materiales vinculados con todo lo que sea selección nacional va en aumento y el documental Sean Eternos: campeones de América llega en el momento exacto para que la expectativa, la emoción y la alegría tengan un aperitivo para lo que va a venir.

La de la Copa América es una historia sin suspenso, porque todos sabemos como terminó. Argentina festejó en el Maracaná una muy postergada victoria y para Lionel Messi fue también la recompensa más esperada. El verdadero suspenso está en el Mundial de Qatar y por eso esta docuserie sirve para sentirse confiados y de buen humor.

El documental no tiene ningún elemento disruptivo ni pretende innovar en el aspecto estético. Posiblemente tres episodios sirven, más que nada, para dividir el drama en tres actos, aunque tampoco esto sea del todo exacto desde la estructura dramática. Pero justamente, nadie piensa en otra cosa más que la evidente: el mejor jugador del mundo no ha podido darle a su selección una victoria que estuvo al alcance de la mano varias veces. Ese dolor, esa tensión, es el motor de la trama y lo que realmente vale. Sí es una gran idea saber más sobre él y su relación con la selección, su dolor por las derrotas y su deseo genuino de sumar ese logro.

Sean Eternos: campeones de América tiene un tono patriotero que no se condice con las imágenes. Este no es un documental sobre Argentina, sino un documental sobre Lionel Messi y la selección argentina. Se nota mucho, demasiado, el parecido con The Last Dance el documental sobre Michael Jordan y los Chicago Bulls. No tiene nada de malo, pero acá el drama es diferente y el presupuesto también. Lo que hace la diferencia es ver el testimonio de los jugadores y del entrenador. El presidente de la AFA, por otro lado, aparece como si fuera un spot publicitario, diciendo dos frases irrelevantes que cualquier montajista honesto hubiera dejado afuera.

Ahora bien, la emoción asoma en varios momentos. Empezando por la arenga de Messi antes del partido, un verdadero ejemplo de líder positivo, sin patoterismo ni agresiones. La serie muestra que se puede ser el mejor del mundo y mantenerse como una gran persona. Se nota que es una estrella, pero sus valores humanos se asoman en todo momento. No solo porque la serie lo homenajea, sino por instantes sutiles, videos familiares, donde una palabra lo muestra a Messi como uno lo ve y lo imagina regularmente. También hay lugar para los demás, claro, en particular Ángel Di María, quien también abre su corazón y muestra la angustia de estar en la selección, algo diferente al trabajo habitual en los clubes en los que juegan los jugadores de la selección.

Sean Eternos: campeones de América es sencillo de ver y fácil de llevar. No tiene sobresaltos, ni es profundo o complejo, llega justo para este momento, donde el sueño de ser campeones vuelve a surgir en Argentina. En sus mejores momentos nos hace desear que algún día se haga un documental capaz de ir un poco más allá, mostrando todo el mundo de una selección. No será fácil, pero esperemos que algún día ocurra. Por lo pronto, aquí hay lugar para un par de buenas ideas y también alguna genuina lágrima.

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