Que uno de los principales sectores que sufrió el mayor impacto del plan de ajuste fiscal que puso en marcha el Gobierno es la construcción no es una novedad. Pero más allá del recorte sobre la obra pública, las empresas que representan al sector de la construcción también alertaron que el Ejecutivo dejó una deuda por $400.000 millones de proyectos de obra pública realizados el año pasado que aún no se pagaron.

 
«Existen alrededor de 3500 obras públicas nacionales paralizadas, muchas no han recibido ningún pago desde noviembre pasado y no tienen perspectiva de solución a los aspectos contractuales pendientes ni acerca de un eventual reinicio», expresó el titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss, durante la Convención Anual de la institución, que se desarrolló e La Rural, en CABA.

Lo que sucedió, de acuerdo a lo que explicó Weiss en una ronda con periodistas, es que la Nación adeuda ese monto por obras que fueron ejecutadas en septiembre, octubre y noviembre del año pasado, y cuyos pagos nunca se cubrieron. «Los plazos de pago de la obra pública son 60 días desde la presentación de factura. Entonces lo que se ejecutó en septiembre, vencía a principio de diciembre, pero no se pagó en ese momento. Y lo correspondiente a octubre y noviembre ni que hablar», indicó.

En el sector compararon la situación con la deuda de Cammesa con las generadoras eléctricas. Y en relación con los motivos por los cuales no se cumplió con esa deuda, explicaron que el Gobierno decidió priorizar el objetivo de alcanzar el superávit fiscal. «Lo que nos han dicho es que la prioridad hoy es el ajuste fiscal», insistió.

Entre las obras que se realizaron durante los últimos meses del año pasado y no se pagaron, mencionó Weiss, hay rutas y proyectos de viviendas sociales. También dijo que algunas empresas barajan la posibilidad de acudir a la Justicia por los contratos incumplidos, pero que por los tiempos que demandan los procesos judiciales, no sería conveniente y esperan poder llegar a un acuerdo con el Gobierno.

Por otra parte, también mostró su preocupación por la «gravísima» situación que atraviesa el sector, principalmente a partir de los recortes sobre los proyectos de obra pública, que también tuvieron su correlato en la pérdida de puestos de trabajo -se habla de una caída de 100.000 puestos de trabajo directos- e incluso en la sostenibilidad de las empresas.

«Nadie puede sobrevivir facturando cero o casi cero. Hay muchas empresas con problemas, por ejemplo con el pago de aguinaldos, los sueldos. Y son empresas grandes, chicas y medianas de todo tipo, pero sobre todo las que están muy volcadas a la pública nacional», puntualizó el titular de Camarco.

En los últimos días, también se puso en marcha una iniciativa que prevé el traspaso de las obras que se encontraban bajo la órbita de Nación y se pasarán a las provincias. Sin embargo, para que efectivamente esos proyectos inicien todavía restan instancias administrativas y saber cómo serán los financiamientos.

Por último, sobre la posibilidad de que el sector revierta la caída que sufrió por efecto de la recesión y el ajuste sobre las partidas vinculadas a la obra pública, consideró que existen algunos signos de recuperación, pero que se trata de una tendencia pequeña.

«La situación de paralización mencionada tendrá un efecto inmediato en el estado y seguridad de uso de la infraestructura existente. Es un enorme dispendio de dinero no conservar lo existente. Recuperarlo será mucho más caro que lo que cuesta un mantenimiento en tiempo y forma», cerró Weiss.

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