Después de la batería de medidas en contra de Argentina, el gobierno analiza suspender las exportaciones de gas natural de petróleo (GLP) a Paraguay, una decisión que golpearía la situación energética del país vecino. Desde la secretaría de Energía que dirige Flavia Royon, bajo la órbita del Ministerio de Economía de Sergio Massa, indicaron a LPO que es una opción que está sobre la mesa.

La medida en represalia por la crisis de la hidrovía ya se aplica de facto por el freno a 20 camiones que transportan GLP hacia Paraguay y permanecen varados en Puerto Pilcomayo, en la frontera, desde el sábado pasado. De hecho, el cónsul paraguayo en Clorinda, Pedro Krauer, dijo este jueves que existe una «orden verbal» de cortar las exportaciones.

«No tenemos ni siquiera una nota de quién dio la orden. Todo esto depende de una llamada. Esto se manejó de manera verbal desde el inicio. Estamos esperando una autorización verbal», indicó el cónsul a la 780 AM luego de que la Dirección General de Aduanas (DGA) de Argentina liberase el paso a tres camiones que cargaban gas propano ante el riesgo de generar una «tragedia de gran magnitud», según las autoridades argentinas.

Si el gobierno argentino da finalmente el paso de cortar las exportaciones de GLP, que dependerá de las negociaciones por Yacyretá, Paraguay vería perjudicado el suministro tras la caída de las reservas gasíferas bolivianas, que convirtieron a Argentina en el principal abastecedor de su socio en la hidroeléctrica a través de YPF.

En el primer semestre de este año, las exportaciones bolivianas de GLP cayeron un 66% y el gobierno de Santiago Peña ordenó a los funcionarios de Energía que buscaran proveedores alternativos a Bolivia y a la Argentina, para reducir la dependencia de un vecino con el cual iba a embarcarse en una crisis bilateral por el cobro del peaje en la hidrovía Paraguay-Paraná. 

La mayor parte del excedente exportable de Bolivia cambió de destino: hoy su principal cliente es Brasil, que ha desplazado a Paraguay. Además, la provisión de Argentina está sujeta a su demanda doméstica, por lo que el gobierno paraguayo nunca confió en la regularidad de las compras a su vecino. En el pasado se han suspendido por escasez y problemas en las plantas fraccionadoras.  

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